22 de mayo de 2011

La felicidad de la ignorancia


Hola, os saludo desde el pasado. Para unos está lejos, y para otros cercano, eso depende de cuando fuiste ignorante y a la vez feliz de no saber lo que significaba la ignorancia, amabas sin necesidad de saber ni siquiera quien te abrazaba, mirabas a los ojos y con una mirada se lo decías todo a los que te rodeaban y les respondías con sonrisas y lagrimas a sus palabras, aunque no entendías nada. Dormías cuando querías, despertabas y para el mundo, era como si el sol saliera porque no importaba la hora que fuera, todo el mundo despertaba y te atendía. Jugabas a descubrir tu nuevo mundo, cada día como si fuera el primero. Durante unos años, todo fue bien porque no necesitabas entender lo que te decían, simplemente eras como querías, sin dar explicaciones, sin pedir perdón porque todo el mundo sabía que no podías mencionar palabra, pero aun así lo decías con la mirada. Empezaste a comprender que eran un beso, un abrazo y un te quiero, y los regalabas como si nunca se te fueran a acabar. Para ti, todo era infinito aunque no supieras lo que significaba, no te importaba darle un abrazo eterno a tu peluche favorito, o un beso en la boca a tu mejor amigo o amiga, porque lo importante no era lo que los demás dijeran, sino que todo lo que querías supiera lo que sentías. En esa época, en ese tiempo, lo único importante era ser tu mismo, hacer lo que te hiciera feliz y llorar por lo que te diera la gana, porque te daba igual el mundo, la ignorancia te hacia fuerte, te hacia invencible. Por eso a veces preferiría no saber lo que significa un abrazo, ni un beso en los labios, me gustaría que me entendieran, al mirar a alguien a los ojos y decirte te quiero sin pronunciar palabra, porque antes eso era todo lo que hacía falta. Pero ya se nos paso esa época, ya se nos acabo la infancia, se asomó la vergüenza de cometer un error que pueda ser criticado, ya no tenemos escusa para dar un beso o un abrazo y no tener que explicarlo, se nos acabo la ignorancia, ya hemos crecido, y la felicidad, se ha escondido, en el hueco que dejó la vergüenza.


Siempre vuestra la que escribe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario