4 de mayo de 2012

Unas palabras al mundo, sin tapujos

Quiero llorar, llorar mucho, asta ponerme como un tomate, como un pimiento, como una manzana madura (o envenenada, depende del espectador), quiero llorar mucho, pero no puedo. ¿Por qué? pues es muy fácil, porque en este planeta de mierda si no tienes una razón que a el resto de estúpidos seres humanos les guste, no puedes llorar. Bueno, en realidad si que puedes, pero todo el que te rodea te señalara, se reirá de ti, te juzgara, te lanzara verduras podridas (y los aguacates no cuentan ignorante publico, porque son frutas no verduras) y después, cuando consigan borrar de ti toda la dignidad que tenias, se daran media vuelta, te daran la espalda y se taparan los oidos mientras tu te undes y te ahogas entre toda esa putrefacción que ha salido de esas bocas viciadas. Y seguramente pensaras que en el mundo ya no hay nada que te salve de toda la porquería que te rodea, pero lo hay, en algún lugar donde aun no as mirado, donde aun no as estado. Basta con que te levantes de la cama y no importa con que pie, salgas de la espiral enfermiza en que se ha convertido tu habitación, abras la puerta que da al mundo que un día te hundió y saques todo el valor que se forjo de tu dolor, para que busques lo que tanto necesitas y te aseguro, que está ahí fuera. Y lo encontraras, seras feliz y el mundo se volverá de nuevo para ti porque se alimenta de tu agonía y si no la sufres te la provoca. Regurgitaran esas burlas podridas que han tenido que tragar mientras intentabas ser feliz y las vomitaran sobre ti para que te conviertas y seas como ellos, pero ya no. Eso ya no funciona contigo porque sabes que en esta árida tierra hay un sitio para ti y que si ese sitio desaparece, podrás encontrar otro, porque estamos destinados inevitablemente a ser azotados por la sociedad, pero eso no debe de impedirnos abrir los ojos, poner los pies en polvorosa y abrir la puerta de nuevo, cada día, para encontrar lo que sabemos que esta perdido, pero que mas da, porque la vida no es un camino de rosas y si esta perdido inevitablemente existe y te esta esperando.

Un buen ejemplo es Finisterre, porque realmente la historia no acaba aquí...


Siempre vuestra la que escribe.