5 de julio de 2018

Mi vida

A veces vivo a través de mis sueños. Literalmente. Me encuentro sin saber como en una realidad tan nítida como la vida misma, donde pasan cosas maravillosas. Estoy rodeada de mis seres queridos, estoy de vacaciones en el paraíso, trabajo haciendo lo que más me gusta, amo y me siento correspondida. Y despierto. No como un golpe, en ningún momento hay una situación traumatica en la que me doy cuenta que era un sueño y me entristezco por la realidad, nunca. Cuando vives algo a ese nivel extracorporeo, despertar es simplemente eso, pasar de un día a otro nuevo.
De un día lleno de gloria a uno cotidiano, bueno a su manera.
Vivo varias vidas, una despierta, otras dormida, pero todas mías. Todas reales, porque las he sentido a tal nivel que en ese instante nadie puede decirle que no es real, que no existe. ¿Puedes dar un beso ahora, y en 5 minutos pensar que no fue real? Claro que no. No hay nada en ese tiempo que corrobore que pasó, tu lo sentiste, lo experimentaste y eso es lo que importa.
Yo he experimentado cosas tan reales dormida como despierta. Y forman parte de mi pasado. Forman parte de mi.

Siempre vuestra la que escribe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario